domingo, abril 18, 2004
EXPECTATIVA POR LA POSICIóN DE BUSH Y KERRY ANTE CUBA
RUI FERREIRA/El Nuevo Herald
Con la conciencia de que su voto en las elecciones presidenciales es apetecido por republicanos y demócratas, los cubanoamericanos miran hacia los candidatos más fuertes, el presidente George W. Bush y John Kerry, en busca de señales de un cambio serio en la política hacia la isla.
Al centro de la esperanza cubanoamericana están la liberación de la isla y la política de pies secos-pies mojados.
John Kerry y John Lennon, hace algun tiempo
En las pasadas elecciones, los exiliados votaron masivamente por Bush, con la promesa de que el Presidente sería firme con el régimen de Fidel Castro.
Pero el año pasado ese apoyo pareció esfumarse cuando comenzaron a hacer llegar sus protestas a Washington, desalentados por lo que creen fue el desinterés de Bush hacia ellos.
Muchos reclamaron el encausamiento de Castro por el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en 1996, una mayor ayuda a la disidencia interna y el final de la política de pies secos-pies mojados, instituida por el presidente Bill Clinton.
La inconformidad fue tan grande que decenas de funcionarios electos locales y legisladores estatales escribieron al mandatario alertándolo de que pudiera perder el voto cubanoamericano si persistía en no ser más firme con Castro.
''Está en riesgo el apoyo que siempre le hemos brindado'', dijo entonces el legislador estatal republicano David Rivera.
No hubo grandes respuestas, y hasta hoy algunos republicanos parecendan la idea de no tener una noción exacta de la inconformidad de los exiliados.
''¿De verdad que eso es tan importante aquí?'', preguntó el viernes Nicolle Devenish, portavoz nacional de la campaña, en una conversación con El Nuevo Herald.
Los republicanos sienten que el electorado cubanoamericano les es fiel por naturaleza propia, olvidándose de cómo en 1992 el entonces líder de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Jorge Mas Canosa, sostuvo un encuentro sorpresivo en Tampa con el candidato Clinton y logró de él un compromiso en la política hacia la isla que llevó a muchos a votar por los demócratas ese año.
''Eso fueron otros tiempos'', desestimó el vicedirector de la campaña Bush-Cheney, Mark D. Wallace.
El director ejecutivo de la FNCA, Joe García, una las voces que más reclamó a la Casa Blanca, dijo ayer a El Nuevo Herald que espera de los dos partidos exactamente lo mismo.
''Los cubanos no queremos nada en particular de cada uno sino lo mismo de los dos, que nos ayuden a liberar a Cuba. Lo que pasa es que yo le reclamo a Bush porque es el que está en el poder'', dijo García.
Pero los republicanos se defienden. Wallace dijo a El Nuevo Herald que Bush ha presentado un plan hacia la isla que incluye el incremento de las emisiones de Radio y TV Martí, el refuerzo del apoyo a los disidentes y el bloqueo de los viajes de estadounidenses a la isla.
''El Presidente ha sido muy firme y coherente en eso. No creo que los cubanoamericanos deban dudar de eso'', dijo.
Sin embargo, los demócratas aseguran lo contrario. ''Una cosa es cierta, Bush ha quebrado todas sus promesas de campaña en relación a Cuba; llevamos tres años en que no ha cambiado nada'', dijo el portavoz del senador John Kerry, Mark Kornblau, a El Nuevo Herald.
Pero para conquistar un electorado como el cubanoamericano, que por naturaleza desconfía de los demócratas, éstos tendrían que aparecerse con una propuesta que hiciera temblar a los republicanos.
En las últimas semanas una serie de rumores apuntan a que Kerry pudiera proponer el fin de la política de pies secos-pies mojados, después que las protestas el año pasado comenzaron con la devolución de 12 cubanos a la isla.
Kornblau no lo confirma ni lo desmiente. Pero advierte: ''Prepárense, porque en los próximos tiempos veremos propuestas serias de Kerry no sólo en relación a Cuba, sino también hacia América Latina'', dijo a El Nuevo Herald.
Balseros
Esto colocaría a los republicanos en un aprieto, coincidieron analistas. ''Si Kerry anuncia que pretende acabar con el lío de los pies secos-pies mojados, sería algo bien recibido por la comunidad cubana'', sostuvo el analista Ernesto Betancourt.
De hecho, sería ''una forma en que los exiliados reconsiderarían su visión de los demócratas, porque Kerry tiene un problema de credibilidad con el asunto de su postura en relación a la ley Helms-Burton'', añadió.
Lo único que pudiera frenar a Kerry en este sentido, sostuvo el economista Antonio Jorge, ``es si tiene en consideración que una gran parte del electorado nacional no lo vería con agrado''.
''Kerry lo que hizo fue adelantarse a Bush. Rechazó la inclusión del capítulo tercero, que en definitiva el Presidente y su antecesor han estado suspendiendo su aplicación todo el tiempo'', acotó Kornblau, refiriéndose a la ley Helms-Burton.
(C) El Nuevo Herald 2004
Con la conciencia de que su voto en las elecciones presidenciales es apetecido por republicanos y demócratas, los cubanoamericanos miran hacia los candidatos más fuertes, el presidente George W. Bush y John Kerry, en busca de señales de un cambio serio en la política hacia la isla.
Al centro de la esperanza cubanoamericana están la liberación de la isla y la política de pies secos-pies mojados.
John Kerry y John Lennon, hace algun tiempo
En las pasadas elecciones, los exiliados votaron masivamente por Bush, con la promesa de que el Presidente sería firme con el régimen de Fidel Castro.
Pero el año pasado ese apoyo pareció esfumarse cuando comenzaron a hacer llegar sus protestas a Washington, desalentados por lo que creen fue el desinterés de Bush hacia ellos.
Muchos reclamaron el encausamiento de Castro por el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en 1996, una mayor ayuda a la disidencia interna y el final de la política de pies secos-pies mojados, instituida por el presidente Bill Clinton.
La inconformidad fue tan grande que decenas de funcionarios electos locales y legisladores estatales escribieron al mandatario alertándolo de que pudiera perder el voto cubanoamericano si persistía en no ser más firme con Castro.
''Está en riesgo el apoyo que siempre le hemos brindado'', dijo entonces el legislador estatal republicano David Rivera.
No hubo grandes respuestas, y hasta hoy algunos republicanos parecendan la idea de no tener una noción exacta de la inconformidad de los exiliados.
''¿De verdad que eso es tan importante aquí?'', preguntó el viernes Nicolle Devenish, portavoz nacional de la campaña, en una conversación con El Nuevo Herald.
Los republicanos sienten que el electorado cubanoamericano les es fiel por naturaleza propia, olvidándose de cómo en 1992 el entonces líder de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Jorge Mas Canosa, sostuvo un encuentro sorpresivo en Tampa con el candidato Clinton y logró de él un compromiso en la política hacia la isla que llevó a muchos a votar por los demócratas ese año.
''Eso fueron otros tiempos'', desestimó el vicedirector de la campaña Bush-Cheney, Mark D. Wallace.
El director ejecutivo de la FNCA, Joe García, una las voces que más reclamó a la Casa Blanca, dijo ayer a El Nuevo Herald que espera de los dos partidos exactamente lo mismo.
''Los cubanos no queremos nada en particular de cada uno sino lo mismo de los dos, que nos ayuden a liberar a Cuba. Lo que pasa es que yo le reclamo a Bush porque es el que está en el poder'', dijo García.
Pero los republicanos se defienden. Wallace dijo a El Nuevo Herald que Bush ha presentado un plan hacia la isla que incluye el incremento de las emisiones de Radio y TV Martí, el refuerzo del apoyo a los disidentes y el bloqueo de los viajes de estadounidenses a la isla.
''El Presidente ha sido muy firme y coherente en eso. No creo que los cubanoamericanos deban dudar de eso'', dijo.
Sin embargo, los demócratas aseguran lo contrario. ''Una cosa es cierta, Bush ha quebrado todas sus promesas de campaña en relación a Cuba; llevamos tres años en que no ha cambiado nada'', dijo el portavoz del senador John Kerry, Mark Kornblau, a El Nuevo Herald.
Pero para conquistar un electorado como el cubanoamericano, que por naturaleza desconfía de los demócratas, éstos tendrían que aparecerse con una propuesta que hiciera temblar a los republicanos.
En las últimas semanas una serie de rumores apuntan a que Kerry pudiera proponer el fin de la política de pies secos-pies mojados, después que las protestas el año pasado comenzaron con la devolución de 12 cubanos a la isla.
Kornblau no lo confirma ni lo desmiente. Pero advierte: ''Prepárense, porque en los próximos tiempos veremos propuestas serias de Kerry no sólo en relación a Cuba, sino también hacia América Latina'', dijo a El Nuevo Herald.
Balseros
Esto colocaría a los republicanos en un aprieto, coincidieron analistas. ''Si Kerry anuncia que pretende acabar con el lío de los pies secos-pies mojados, sería algo bien recibido por la comunidad cubana'', sostuvo el analista Ernesto Betancourt.
De hecho, sería ''una forma en que los exiliados reconsiderarían su visión de los demócratas, porque Kerry tiene un problema de credibilidad con el asunto de su postura en relación a la ley Helms-Burton'', añadió.
Lo único que pudiera frenar a Kerry en este sentido, sostuvo el economista Antonio Jorge, ``es si tiene en consideración que una gran parte del electorado nacional no lo vería con agrado''.
''Kerry lo que hizo fue adelantarse a Bush. Rechazó la inclusión del capítulo tercero, que en definitiva el Presidente y su antecesor han estado suspendiendo su aplicación todo el tiempo'', acotó Kornblau, refiriéndose a la ley Helms-Burton.
(C) El Nuevo Herald 2004