terça-feira, agosto 31, 2004
La Convención Republicana hace hincapié en la seguridad
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
NUEVA YORK
Los republicanos tienen una poderosa tarea por delante. Por primera vez en una convención de su partido, el tema de la seguridad surge como más importante que la economía, un tópico que siempre ha sido decisivo en las elecciones presidenciales.
Para George W. Bush, el tema es espinoso y personal ya que su padre perdió la reelección en 1992, pese a haber ganado la primera Guerra del Golfo, a causa de la crisis económica nacional.
Aunque ayer, el primer día de la convención, el Presidente dijo en una entrevista de televisión que no es previsible ganarle la guerra al terrorismo, la plataforma programática del cónclave, revelada poco después, manifiesta la necesidad de ''ganar la guerra al terrorismo'', y pone ese tema como la prioridad frente a la construcción de una ''economía global, competitiva y innovadora'', o ''el refuerzo de las comunidades'' y ``la protección a nuestras familias''.
Tanto en conversaciones privadas como públicas, los funcionarios republicanos insisten en que lo más importante para el país ahora es proyectar la imagen de liderazgo del presidente Bush en la lucha contra el terrorismo.
Insisten en que el país se ha mantenido a flote a pesar de que el mandatario heredó en el 2000 un país en recesión económica que el 11 de Septiembre sufrió un golpe demoledor.
''Con ese golpe cualquier país se hubiera venido abajo, y él lo aguantó. Después libró una guerra en dos frentes y demostró que puede mantenerla y a la vez fortalecer la economía'', insistió el congresista republicano Mario Díaz-Balart.
Pero ayer, cuando le preguntaron a Bush si la guerra contra el terrorismo se puede ganar, su respuesta sorprendió, ya que chocó con la muralla de invencibilidad que los republicanos han tratado de proyectar últimamente.
''No creo que la podamos ganar, pero creo que podemos crear las condiciones para que quienes usan el terrorismo como una herramienta sean menos aceptables en diversas partes del mundo'', dijo el Presidente.
La Casa Blanca trató de inmediato de disminuir el impacto de la aseveración, asegurando que el mandatario hablaba de ganar la guerra en ``un sentido convencional''.
Pero el ''golpe'' no produjo mucha mella. Seguidamente, Bush añadió que en el mundo de hoy ``no se puede mostrar debilidad porque el enemigo explota las fragilidades''.
Poco después, Díaz-Balart insistía en ese punto recordando que, en estos días, cuando el presidente francés tuvo que enviar a su canciller al Medio Oriente a resolver un asunto que tiene que ver con su política interna, dos periodistas fueron secuestrados y su liberación prometida a cambio de que París permita el uso del velo en las escuelas públicas, un tema que la Constitución seglar francesa no permite.
''Eso es lo que hay que evitar, que los terroristas determinen la política interna de un país. De ahí la necesidad de una seguridad fuerte, porque, además, un estado sólo puede ser verdaderamente democrático si es seguro'', afirmó el también congresista Lincoln Díaz-Balart.
Además, sin seguridad ''no hay una economía viable'', subrayó.
Por eso, añadió Mario Díaz-Balart, ``no es correcto ver estos dos temas separados. Seguridad y economía van de la mano, pero enfatizamos la seguridad''.
La plataforma dedica 40 páginas a la seguridad y 20 a la economía.
Los demócratas tienen explicaciones para ello. Dicen que los republicanos ocultan el hecho de que ha aumentado el nivel de pobreza en los últimos años, que pese a la creación de un millón de empleos en cuatro años ha disminuido la capacidad de compra de muchos estadounidenses.
De todos modos, Mario Díaz-Balart no es el único que hace esa aseveración. El ex asesor político del presidente Bill Clinton, el demócrata Dick Morris, sostuvo ayer que los republicanos tienen el camino abierto en lo que concierne a los éxitos de Bush en la guerra contra el terrorismo, que no necesita concentrarse mucho en defender su política económica o en atacar a su rival demócrata. Ese papel, incluso, lo puede dejar a otro.
``Si Bush usa esta convención con sabiduría para destacar su papel en proteger al país, y al senador [demócrata] Zell Miller para hurgar en el pasado de Kerry, emergerá en gran forma [en los sondeos]``, dijo Morris.
NUEVA YORK
Los republicanos tienen una poderosa tarea por delante. Por primera vez en una convención de su partido, el tema de la seguridad surge como más importante que la economía, un tópico que siempre ha sido decisivo en las elecciones presidenciales.
Para George W. Bush, el tema es espinoso y personal ya que su padre perdió la reelección en 1992, pese a haber ganado la primera Guerra del Golfo, a causa de la crisis económica nacional.
Aunque ayer, el primer día de la convención, el Presidente dijo en una entrevista de televisión que no es previsible ganarle la guerra al terrorismo, la plataforma programática del cónclave, revelada poco después, manifiesta la necesidad de ''ganar la guerra al terrorismo'', y pone ese tema como la prioridad frente a la construcción de una ''economía global, competitiva y innovadora'', o ''el refuerzo de las comunidades'' y ``la protección a nuestras familias''.
Tanto en conversaciones privadas como públicas, los funcionarios republicanos insisten en que lo más importante para el país ahora es proyectar la imagen de liderazgo del presidente Bush en la lucha contra el terrorismo.
Insisten en que el país se ha mantenido a flote a pesar de que el mandatario heredó en el 2000 un país en recesión económica que el 11 de Septiembre sufrió un golpe demoledor.
''Con ese golpe cualquier país se hubiera venido abajo, y él lo aguantó. Después libró una guerra en dos frentes y demostró que puede mantenerla y a la vez fortalecer la economía'', insistió el congresista republicano Mario Díaz-Balart.
Pero ayer, cuando le preguntaron a Bush si la guerra contra el terrorismo se puede ganar, su respuesta sorprendió, ya que chocó con la muralla de invencibilidad que los republicanos han tratado de proyectar últimamente.
''No creo que la podamos ganar, pero creo que podemos crear las condiciones para que quienes usan el terrorismo como una herramienta sean menos aceptables en diversas partes del mundo'', dijo el Presidente.
La Casa Blanca trató de inmediato de disminuir el impacto de la aseveración, asegurando que el mandatario hablaba de ganar la guerra en ``un sentido convencional''.
Pero el ''golpe'' no produjo mucha mella. Seguidamente, Bush añadió que en el mundo de hoy ``no se puede mostrar debilidad porque el enemigo explota las fragilidades''.
Poco después, Díaz-Balart insistía en ese punto recordando que, en estos días, cuando el presidente francés tuvo que enviar a su canciller al Medio Oriente a resolver un asunto que tiene que ver con su política interna, dos periodistas fueron secuestrados y su liberación prometida a cambio de que París permita el uso del velo en las escuelas públicas, un tema que la Constitución seglar francesa no permite.
''Eso es lo que hay que evitar, que los terroristas determinen la política interna de un país. De ahí la necesidad de una seguridad fuerte, porque, además, un estado sólo puede ser verdaderamente democrático si es seguro'', afirmó el también congresista Lincoln Díaz-Balart.
Además, sin seguridad ''no hay una economía viable'', subrayó.
Por eso, añadió Mario Díaz-Balart, ``no es correcto ver estos dos temas separados. Seguridad y economía van de la mano, pero enfatizamos la seguridad''.
La plataforma dedica 40 páginas a la seguridad y 20 a la economía.
Los demócratas tienen explicaciones para ello. Dicen que los republicanos ocultan el hecho de que ha aumentado el nivel de pobreza en los últimos años, que pese a la creación de un millón de empleos en cuatro años ha disminuido la capacidad de compra de muchos estadounidenses.
De todos modos, Mario Díaz-Balart no es el único que hace esa aseveración. El ex asesor político del presidente Bill Clinton, el demócrata Dick Morris, sostuvo ayer que los republicanos tienen el camino abierto en lo que concierne a los éxitos de Bush en la guerra contra el terrorismo, que no necesita concentrarse mucho en defender su política económica o en atacar a su rival demócrata. Ese papel, incluso, lo puede dejar a otro.
``Si Bush usa esta convención con sabiduría para destacar su papel en proteger al país, y al senador [demócrata] Zell Miller para hurgar en el pasado de Kerry, emergerá en gran forma [en los sondeos]``, dijo Morris.