domingo, agosto 29, 2004
Nueva York blindada para la Convención Republicana
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
Se esperan 250,000 manifestantes, por lo que se han movilizado 30,000 policías alrededor del Madison Square Garden, donde se celebrará la Convención Nacional Republicabna, y 50,000 más en el resto de la ciudad. El cónclave, que comienza este fin de semana en Nueva York, es uno de los mayores rompecabezas a nivel de seguridad con que las autoridades han tenido que lidiar.
En un mundo post 11 de septiembre y con informaciones de inteligencia que indican un posible intento terrorista de interrumpir la Convención o el proceso electoral, el Departamento de Seguridad Nacional puso el mes pasado a la ciudad de Nueva York en estado de máxima alerta.
Es la primera vez que se aplica ese nivel de seguridad a un área metropolitana. En el resto de la nación, la alarma de seguridad sigue en un nivel intermedio.
Sin embargo, para el comisionado policial de la ciudad Ray Nelly, ellos tienen la experiencia necesaria para enfrentarse a la situación.
''Somos un gran y experimentado cuerpo de policía'', dijo Nelly hace unos días.
Se estima que el costo total de seguridad de Nueva York durante los cinco días de la Convención llegará a los $90 millones, unos $40 millones más que la Convención Demócrata de Boston, que tuvo lugar el mes pasado.
Como sucedió con las manifestaciones contra la reunión ministerial del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en Miami, el año pasado, este fin de verano grupos anarquistas, pacifistas, ecologistas y socialistas, se han movilizado para llevar a Nueva York a 250,000 personas que protestarán contra la guerra en Irak y el presidente George W. Bush, o simplemente irán para tratar de alterar el orden.
Desde mediados de esta semana el área del Madison Square Garden ha sido acordonada, las patrullas están en la calles y hasta la estación de trenes Pennsylvania ha sido prácticamente tomada por asalto por efectivos policiales, que controlan quién entra a la ciudad por esa vía.
No se puede entrar o salir de esa área sin una acreditación especial, una justificación plausible, y hay que estar dispuesto a responder a todas las preguntas de los agentes del orden.
A ese recinto cerrado, de una treintena de manzanas, le llaman ``la zona congelada''.
''Estamos tomando posiciones una semana antes para disuadir cualquier plan terrorista, aunque no tenemos ninguna información específica de que haya un plan en curso'', indicó el subcomisionado de la policía de Nueva York, Paul J. Browne.
Como sucedió en Miami el año pasado, un objetivo importante de las autoridades son los manifestantes, y el temor de que desaten actos violentos, como ocurrió en Seattle hace cinco años durante la Convención Mundial del Comercio.
Por eso, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) ha comenzado a visitar a potenciales manifestantes que tiene fichados de encuentros anteriores con las autoridades.
''El mensaje que me dieron fue que están tratando de intimidarnos para que desistamos de participar en cualquier tipo de protestas, y para advertirme que me están vigilando'', comentó recientemente Sarah Bardwell, de 21 años, a The New York Times.
La directora asistente del FBI, Cassandra M. Chander, dijo que ''hizo esas entrevistas sin faltar a la constitución, para así determinar la validez de informes'' que recibieron.
La decisión del FBI de visitar a los potenciales manifestantes fue tomada después que el Departamento de Justicia permitió discretamente que esa agencia federal comenzara a usar tácticas no comunes de investigación criminal, como pedir a los departamentos locales de policía que informen de cualquier actividad política sospechosa o de manifestaciones contra la guerra en Irak.
Según confirmó el portavoz de la policía de Nueva York, las autoridades han concedido 16 permisos de manifestaciones, que abarcan desde 20 a 40,000 personas. Las grandes manifestaciones, como la que pretende realizar la organización United for Peace and Justice --la cual espera reunir a 100,000 manifestantes frente al Madison Square Garden el domingo 29 de agosto y después marchar hasta Central Park--, todavía están en discusión con las autoridades.
Entre otras razones porque el grupo no ha puesto una hora para finalizar la marcha, y según el alcalde de la ciudad, Michael J. Bloomberg, pueden ``estropear el jardín''.
Sin embargo, no podrán manifestarse el Consejo Nacional de Arabes Americanos y a la Coalición contra la Guerra y el Racismo, los cuales pidieron permiso para movilizar 75,000 personas en el Parque Central. Las dos entidades han llevado a la ciudad de Nueva York a los tribunales.
''La convención puede ser un evento político para algunos, pero para otros es un buen pretexto para ampliar las medidas de seguridad post 11 de Septiembre que han erosionado el compromiso de Estados Unidos con las libertades civiles'', dijo Christopher Jun, director asociado de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York.
Además de un atentado terrorista, argumentó Browne, a las autoridades no les preocupa tanto las grandes manifestaciones, sino los manifestantes aislados que aparecerán un poco por toda la ciudad.
El diario Newsday informó que la policía de Nueva York ha distribuido entre los agentes un folleto confidencial de 35 páginas titulado Lineamientos legales para la Convención Nacional Republicana, en el cual se alerta de la posibilidad de que los manifestantes puedan vestirse de policías, agredir a otros manifestantes y después ''denunciar'' actos de brutalidad policial.
Según dijeron a El Nuevo Herald fuentes policiales en Miami y en Nueva York, los manifestantes se han organizado a través de la internet, como sucedió en esta ciudad en el 2003.
''Los republicanos van a traer la coronación del emperador a la ciudad de Nueva York. Como vampiros quieren beberse todas las almas de la ciudad y vender el 11 de Septiembre y la lucha contra el terrorismo como su guerra privada, y cuatro sangrientos años de Bush más'', dijo en un pagina web un grupo que convoca a la ``marcha del millón de hombres hippies''.
En otra página, llamada Mundo Socialista, se detalla paso a paso la organización de las manifestaciones, las discusiones con las autoridades y las tácticas a usar durante la convención.
(C) 2004 El Nuevo Herald
Se esperan 250,000 manifestantes, por lo que se han movilizado 30,000 policías alrededor del Madison Square Garden, donde se celebrará la Convención Nacional Republicabna, y 50,000 más en el resto de la ciudad. El cónclave, que comienza este fin de semana en Nueva York, es uno de los mayores rompecabezas a nivel de seguridad con que las autoridades han tenido que lidiar.
En un mundo post 11 de septiembre y con informaciones de inteligencia que indican un posible intento terrorista de interrumpir la Convención o el proceso electoral, el Departamento de Seguridad Nacional puso el mes pasado a la ciudad de Nueva York en estado de máxima alerta.
Es la primera vez que se aplica ese nivel de seguridad a un área metropolitana. En el resto de la nación, la alarma de seguridad sigue en un nivel intermedio.
Sin embargo, para el comisionado policial de la ciudad Ray Nelly, ellos tienen la experiencia necesaria para enfrentarse a la situación.
''Somos un gran y experimentado cuerpo de policía'', dijo Nelly hace unos días.
Se estima que el costo total de seguridad de Nueva York durante los cinco días de la Convención llegará a los $90 millones, unos $40 millones más que la Convención Demócrata de Boston, que tuvo lugar el mes pasado.
Como sucedió con las manifestaciones contra la reunión ministerial del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en Miami, el año pasado, este fin de verano grupos anarquistas, pacifistas, ecologistas y socialistas, se han movilizado para llevar a Nueva York a 250,000 personas que protestarán contra la guerra en Irak y el presidente George W. Bush, o simplemente irán para tratar de alterar el orden.
Desde mediados de esta semana el área del Madison Square Garden ha sido acordonada, las patrullas están en la calles y hasta la estación de trenes Pennsylvania ha sido prácticamente tomada por asalto por efectivos policiales, que controlan quién entra a la ciudad por esa vía.
No se puede entrar o salir de esa área sin una acreditación especial, una justificación plausible, y hay que estar dispuesto a responder a todas las preguntas de los agentes del orden.
A ese recinto cerrado, de una treintena de manzanas, le llaman ``la zona congelada''.
''Estamos tomando posiciones una semana antes para disuadir cualquier plan terrorista, aunque no tenemos ninguna información específica de que haya un plan en curso'', indicó el subcomisionado de la policía de Nueva York, Paul J. Browne.
Como sucedió en Miami el año pasado, un objetivo importante de las autoridades son los manifestantes, y el temor de que desaten actos violentos, como ocurrió en Seattle hace cinco años durante la Convención Mundial del Comercio.
Por eso, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) ha comenzado a visitar a potenciales manifestantes que tiene fichados de encuentros anteriores con las autoridades.
''El mensaje que me dieron fue que están tratando de intimidarnos para que desistamos de participar en cualquier tipo de protestas, y para advertirme que me están vigilando'', comentó recientemente Sarah Bardwell, de 21 años, a The New York Times.
La directora asistente del FBI, Cassandra M. Chander, dijo que ''hizo esas entrevistas sin faltar a la constitución, para así determinar la validez de informes'' que recibieron.
La decisión del FBI de visitar a los potenciales manifestantes fue tomada después que el Departamento de Justicia permitió discretamente que esa agencia federal comenzara a usar tácticas no comunes de investigación criminal, como pedir a los departamentos locales de policía que informen de cualquier actividad política sospechosa o de manifestaciones contra la guerra en Irak.
Según confirmó el portavoz de la policía de Nueva York, las autoridades han concedido 16 permisos de manifestaciones, que abarcan desde 20 a 40,000 personas. Las grandes manifestaciones, como la que pretende realizar la organización United for Peace and Justice --la cual espera reunir a 100,000 manifestantes frente al Madison Square Garden el domingo 29 de agosto y después marchar hasta Central Park--, todavía están en discusión con las autoridades.
Entre otras razones porque el grupo no ha puesto una hora para finalizar la marcha, y según el alcalde de la ciudad, Michael J. Bloomberg, pueden ``estropear el jardín''.
Sin embargo, no podrán manifestarse el Consejo Nacional de Arabes Americanos y a la Coalición contra la Guerra y el Racismo, los cuales pidieron permiso para movilizar 75,000 personas en el Parque Central. Las dos entidades han llevado a la ciudad de Nueva York a los tribunales.
''La convención puede ser un evento político para algunos, pero para otros es un buen pretexto para ampliar las medidas de seguridad post 11 de Septiembre que han erosionado el compromiso de Estados Unidos con las libertades civiles'', dijo Christopher Jun, director asociado de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York.
Además de un atentado terrorista, argumentó Browne, a las autoridades no les preocupa tanto las grandes manifestaciones, sino los manifestantes aislados que aparecerán un poco por toda la ciudad.
El diario Newsday informó que la policía de Nueva York ha distribuido entre los agentes un folleto confidencial de 35 páginas titulado Lineamientos legales para la Convención Nacional Republicana, en el cual se alerta de la posibilidad de que los manifestantes puedan vestirse de policías, agredir a otros manifestantes y después ''denunciar'' actos de brutalidad policial.
Según dijeron a El Nuevo Herald fuentes policiales en Miami y en Nueva York, los manifestantes se han organizado a través de la internet, como sucedió en esta ciudad en el 2003.
''Los republicanos van a traer la coronación del emperador a la ciudad de Nueva York. Como vampiros quieren beberse todas las almas de la ciudad y vender el 11 de Septiembre y la lucha contra el terrorismo como su guerra privada, y cuatro sangrientos años de Bush más'', dijo en un pagina web un grupo que convoca a la ``marcha del millón de hombres hippies''.
En otra página, llamada Mundo Socialista, se detalla paso a paso la organización de las manifestaciones, las discusiones con las autoridades y las tácticas a usar durante la convención.
(C) 2004 El Nuevo Herald