sexta-feira, setembro 03, 2004
"No fuimos a la guerra por orgullo", afirma Bush
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
NUEVA YORK
El presidente George W. Bush dijo ayer al aceptar la nominación de su partido para la reelección, que no fue a la guerra por ``orgullo''.
''Estamos combatiendo los terroristas en todo el mundo, pero no por orgullo ni por poder, sino porque las vidas de nuestros ciudadanos están en riesgo'', dijo el mandatario, cuya imagen como el único candidato capacitado para conducir una guerra y garantizar la seguridad del país, constituyó el eje central de la convención nacional republicana que termino ayer aquí.
Recibido como un triunfador y aplaudido constantemente, muchas veces hasta el delirio por más de 4,000 delegados y unos 1,000 invitados, Bush defendió los millonarios gastos en materia de seguridad y defensa nacional.
''Nuestra estrategia es clara, hemos triplicado los fondos de seguridad territorial y entrenado medio millón de especialistas en primeros auxilios, porque estamos determinados a proteger a nuestra patria. Estamos transformando a nuestros militares, reformando y fortaleciendo nuestros servicios de inteligencia. Nos estamos manteniendo a la ofensiva, buscando terroristas en el extranjero, para no tener que enfrentarlos aquí, en casa'', afirmó el presidente.
El discurso de Bush fue antecedido por el del general Tommy Franks, ex jefe del Comando Centro, quien estuvo al frente de la tropas en Afganistán e Irak.
Franks, quien se presentó como un independiente, dijo que apoya la reelección del mandatario porque durante los dos conflictos Bush hizo todo lo posible por mejorar la situación de las tropas y les dio todos los recursos que necesitaron.
''Este hombre, que antes de mandarnos a la guerra preguntó a cada comandante si disponía de todo lo que necesitaba, se ha asegurado personalmente de que se hizo todo lo posible para proteger a los soldados de las armas de destrucción masiva que esperábamos. Este es un comandante en jefe con compasión y con coraje'', dijo el general de cuatro estrellas jubilado.
Franks, el único militar que ha hablado en la convención y que fue presentado en un obvio contraste a la gran presencia de veteranos en la convención demócrata del mes pasado, dijo que el mandatario debe ser reelegido porque ``las decisiones de los próximos 200 años deben ser tomadas hoy''.
Y acabado de llegar de la Florida con una victoria en las primarias para el Senado federal, se presentó a la audiencia el ex secretario de Vivienda, el cubanoamericano Mel Martínez, cuyo discurso en el horario de mayor audiencia fue visto por los republicanos como una forma de asegurar definitivamente el voto cubano del sur de la Florida.
En las presidenciales del 2000, Bush obtuvo el 80 por ciento del voto cubano. Los sondeos de las últimas semanas le dan el 66 por ciento, por lo cual Martínez dijo a El Nuevo Herald, que su victoria del martes pudiera darle al presidente la diferencia que necesita.
''Si no estoy en lo cierto, estoy dispuesto a admitirlo, pero no lo creo'', dijo Martínez.
Pero a los delegados republicanos Martínez les recordó su historia de refugiado político de la isla siendo un adolescente, en el programa Peter Pan.
''Sólo en Estados Unidos puede un joven de 15 años llegar a sus costas totalmente solo, sin saber hablar el idioma, con una maleta y la esperanza de un futuro mejor, y puede llegar a servir en el gabinete del presidente'', dijo Martínez.
El discurso de Martínez en la Convención sirvió para contrarrestar la mala impresión que en algunos inmigrantes, especialmente hispanos, dejó la intervención el martes del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, presentado como el paradigma del inmigrante de éxito.
Martínez inició su discurso haciendo un llamado a los floridanos a ayudarse mutuamente frente a la amenaza del huracán Frances.
''El presidente Bush cree en el sueño americano, pero su política está ayudando a la gente alrededor de Estados unidos a construir su propio sueno americano'', dijo.
Por eso, ''creo en George W. Bush y en su idea del conservadurismo compasivo, y cuando lo escuché hablar de ello por primera vez, me di cuenta que era mi propia historia'', añadió.
Durante los casi 45 minutos de su discurso, Bush dijo que se vuelve a postular a la presidencia ``con el propósito claro de construir un mundo mejor y una América con más esperanza''.
Y, ''con la filosofía de que el gobierno debe mejorar la vida de las personas, no tratar de conducir sus vidas. Y como sé que esta nación quiere un liderazgo consistente y sólido, estoy seguro que con vuestra ayuda voy a ganar esta elección'', dijo el mandatario, de 57 años.
''Estos tiempos en que trabajamos y vivimos cambian dramáticamente. Los trabajadores de las generaciones de nuestros padres típicamente tenían un trabajo, una carrera, una habilidad, y muchas veces con una compañía que les daba ayuda de salud y una pensión. Pero hoy, los trabajadores mudan de trabajo muchas veces durante sus vidas, y en uno de los vuelcos más impresionantes de todos, hoy día dos tercios de las madres trabajan fuera de casa'', dijo Bush.
Por eso, ``este mundo cambiado debe ser una gran oportunidad para que todos los estadounidenses vivan mejor, mantengan su familia y tenga un carrera recompensadora''.
''Este momento de la vida de nuestro país será recordado. Las generaciones venideras sabrán que mantuvimos nuestra fe y nuestra palabra. La libertad de muchos y el futuro seguro de nuestra nación, depende de nosotros. Ahora'', enfatizó el mandatario.
NUEVA YORK
El presidente George W. Bush dijo ayer al aceptar la nominación de su partido para la reelección, que no fue a la guerra por ``orgullo''.
''Estamos combatiendo los terroristas en todo el mundo, pero no por orgullo ni por poder, sino porque las vidas de nuestros ciudadanos están en riesgo'', dijo el mandatario, cuya imagen como el único candidato capacitado para conducir una guerra y garantizar la seguridad del país, constituyó el eje central de la convención nacional republicana que termino ayer aquí.
Recibido como un triunfador y aplaudido constantemente, muchas veces hasta el delirio por más de 4,000 delegados y unos 1,000 invitados, Bush defendió los millonarios gastos en materia de seguridad y defensa nacional.
''Nuestra estrategia es clara, hemos triplicado los fondos de seguridad territorial y entrenado medio millón de especialistas en primeros auxilios, porque estamos determinados a proteger a nuestra patria. Estamos transformando a nuestros militares, reformando y fortaleciendo nuestros servicios de inteligencia. Nos estamos manteniendo a la ofensiva, buscando terroristas en el extranjero, para no tener que enfrentarlos aquí, en casa'', afirmó el presidente.
El discurso de Bush fue antecedido por el del general Tommy Franks, ex jefe del Comando Centro, quien estuvo al frente de la tropas en Afganistán e Irak.
Franks, quien se presentó como un independiente, dijo que apoya la reelección del mandatario porque durante los dos conflictos Bush hizo todo lo posible por mejorar la situación de las tropas y les dio todos los recursos que necesitaron.
''Este hombre, que antes de mandarnos a la guerra preguntó a cada comandante si disponía de todo lo que necesitaba, se ha asegurado personalmente de que se hizo todo lo posible para proteger a los soldados de las armas de destrucción masiva que esperábamos. Este es un comandante en jefe con compasión y con coraje'', dijo el general de cuatro estrellas jubilado.
Franks, el único militar que ha hablado en la convención y que fue presentado en un obvio contraste a la gran presencia de veteranos en la convención demócrata del mes pasado, dijo que el mandatario debe ser reelegido porque ``las decisiones de los próximos 200 años deben ser tomadas hoy''.
Y acabado de llegar de la Florida con una victoria en las primarias para el Senado federal, se presentó a la audiencia el ex secretario de Vivienda, el cubanoamericano Mel Martínez, cuyo discurso en el horario de mayor audiencia fue visto por los republicanos como una forma de asegurar definitivamente el voto cubano del sur de la Florida.
En las presidenciales del 2000, Bush obtuvo el 80 por ciento del voto cubano. Los sondeos de las últimas semanas le dan el 66 por ciento, por lo cual Martínez dijo a El Nuevo Herald, que su victoria del martes pudiera darle al presidente la diferencia que necesita.
''Si no estoy en lo cierto, estoy dispuesto a admitirlo, pero no lo creo'', dijo Martínez.
Pero a los delegados republicanos Martínez les recordó su historia de refugiado político de la isla siendo un adolescente, en el programa Peter Pan.
''Sólo en Estados Unidos puede un joven de 15 años llegar a sus costas totalmente solo, sin saber hablar el idioma, con una maleta y la esperanza de un futuro mejor, y puede llegar a servir en el gabinete del presidente'', dijo Martínez.
El discurso de Martínez en la Convención sirvió para contrarrestar la mala impresión que en algunos inmigrantes, especialmente hispanos, dejó la intervención el martes del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, presentado como el paradigma del inmigrante de éxito.
Martínez inició su discurso haciendo un llamado a los floridanos a ayudarse mutuamente frente a la amenaza del huracán Frances.
''El presidente Bush cree en el sueño americano, pero su política está ayudando a la gente alrededor de Estados unidos a construir su propio sueno americano'', dijo.
Por eso, ''creo en George W. Bush y en su idea del conservadurismo compasivo, y cuando lo escuché hablar de ello por primera vez, me di cuenta que era mi propia historia'', añadió.
Durante los casi 45 minutos de su discurso, Bush dijo que se vuelve a postular a la presidencia ``con el propósito claro de construir un mundo mejor y una América con más esperanza''.
Y, ''con la filosofía de que el gobierno debe mejorar la vida de las personas, no tratar de conducir sus vidas. Y como sé que esta nación quiere un liderazgo consistente y sólido, estoy seguro que con vuestra ayuda voy a ganar esta elección'', dijo el mandatario, de 57 años.
''Estos tiempos en que trabajamos y vivimos cambian dramáticamente. Los trabajadores de las generaciones de nuestros padres típicamente tenían un trabajo, una carrera, una habilidad, y muchas veces con una compañía que les daba ayuda de salud y una pensión. Pero hoy, los trabajadores mudan de trabajo muchas veces durante sus vidas, y en uno de los vuelcos más impresionantes de todos, hoy día dos tercios de las madres trabajan fuera de casa'', dijo Bush.
Por eso, ``este mundo cambiado debe ser una gran oportunidad para que todos los estadounidenses vivan mejor, mantengan su familia y tenga un carrera recompensadora''.
''Este momento de la vida de nuestro país será recordado. Las generaciones venideras sabrán que mantuvimos nuestra fe y nuestra palabra. La libertad de muchos y el futuro seguro de nuestra nación, depende de nosotros. Ahora'', enfatizó el mandatario.