quinta-feira, setembro 30, 2004
Primeiro Debate
Transcript ABC News
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América Latina, la gran ausente en el debate
RUI FERREIRA / El Nuevo Herald
La América Latina fue la gran ausente en el debate presidencial, no sólo porque el aspirante, John Kerry, y el titular, George W. Bush, dedicaron los 90 minutos del debate a Irak y el antiterrorismo, sino posiblemente porque tampoco difieren mucho sus ideas sobre el mundo que Washington siempre ha considerado su patio trasero.
''No creo que haya grandes diferencias entre los dos candidatos, y realmente no anticipo que hagan referencia a Latinoamérica. Sería una sorpresa si lo hicieran'', dijo Mark Falcoff, ex integrante del Comité de Relaciones Exteriores del Senado federal, momentos antes del debate.
Actual especialista del American Enterprise Institute, Falcoff admitió a El Nuevo Herald que había una cierta expectativa en la región sobre lo que de ella se pudiera decir en este debate.
Pero ''me temo que quedarán decepcionados'', agregó el experto, cuya opinión --así como la de otros especialistas consultados por El Nuevo Herald-- fue ofrecida en el ámbito del primer panel Cuatro años más de Bush o cuatro años de Kerry: Cuál es el efecto en América Latina? de la Octava Conferencia Anual de las Américas, organizada por The Miami Herald, la cual comenzó ayer y termina hoy.
Lo que pasa, continuó Falcoff, ``es que hay gente alrededor de Kerry que está vendiendo la idea de que todo cambiará si el senador gana la presidencia''.
Una de esas personas es Arturo Valenzuela, quien aseguró ayer que en una administración demócrata habría un cambio sustancial en las relaciones de Estados Unidos con la región.
''No recuerdo que hayamos recibido tanta solidaridad del continente como en los días del 11 de Septiembre; sin embargo, desafortunadamente esta ola terminó siendo minada más tarde por la forma en que Estados Unidos tomó acción en Irak, y lo que fue visto como una acción unilateral en el primer año de la guerra'', dijo el ex integrante del Consejo Nacional de Seguridad durante la administración de Bill Clinton.
En opinión de Valenzuela, con Bush en la Casa Blanca sólo México ha gozado de un contacto privilegiado con la administración. Por lo demás, dijo ``hemos dejado colapsar a Argentina, tenemos una crisis con Venezuela, y otra con Bolivia cuando al embajador se le ocurrió decir algo que favoreció la oposición''.
''Con Kerry, este estado de cosas cambiará porque se dará más importancia a la región; es fundamental una relación de igualdad'', enfatizó Valenzuela.
A Estados Unidos ``nunca le pareció fundamental ir a Naciones Unidas [con respecto a Irak], y eso se sintió en Latinoamérica...''.
Estos argumentos fueron rebatidos por el ex enviado especial de la Casa Blanca. ''¿Quién dijo que el presidente de Estados Unidos tiene que ir a Naciones Unidas para defender su seguridad?'', dijo Otto Reich.
''Es obvio que las relaciones de Estados Unidos se han resentido. En Venezuela, por ejemplo, gobierna un radical que interfiere en otros países y hace del antiamericanismo una bandera'', precisó Reich.
No obstante, para el actual subsecretario para Latinoamérica, Roger Noriega, la administración de Bush ha prestado particular importancia a las relaciones en la región.
''Fue un país de la región [México] el cual el Presidente visitó primero tras tomar posesión; fue un presidente de la región [Vicente Fox, de México] a quien primero recibió en la Casa Blanca. Creo que eso es un buen ejemplo'', enfatizó Noriega.
Bush, abogó el subsecretario, ha incrementado las relaciones con la región, y eso ha hecho que unos $550 mil millones ingresen anualmente a las economías del hemisferio.
''Es clave mantener la presión de que no hay desarrollo económico sin defensa de los valores democráticos, sin el combate a la corrupción, porque estoy convencido de que cuando la gente pierde la fe en el sistema democrático, es un fracaso de las instituciones como son, no como debieran ser'', dijo Noriega.
Para Valenzuela el problema es más profundo, y quien gane la presidencia tiene que enfrentarlo.
''En los 35 años que trabajo relacionado con la región, nunca he visto tanto rechazo hacia Estados Unidos como ahora''; por eso, ''tiene que establecer una relación multilateral y robusta, trabajar con los países y respetarlos'', porque ''en última instancia, esos países y Estados Unidos son los que tienen que resolver los problemas de Latinoamérica'', dijo.
Una constelación de estrellas se dan cita para el debate
RUI FERREIRA /El Nuevo Herald
Después de casi cuatro años organizando el debate presidencial de anoche, Donna Shalala, la presidenta de la Universidad de Miami (UM), lo vio como cualquier hijo de vecino: por televisión.
No importa que haya sido en UM donde se realizó el encuentro: ella decidió ceder su asiento en la sala a una estudiante destacada.
''Cuando me enteré, sencillamente no lo podía creer. Es lo más fantástico que me ha sucedido'', dijo Lorna Williams, una joven afroamericana de 21 años que en diciembre se gradúa de finanzas y deportista profesional de campo y pista.
La mayor de cinco hermanas y dos hermanos, y la única en la familia en estudiar, Williams dijo sentirse muy humilde en medio de una constelación de figuras públicas que llenaron ayer el pabellón deportivo de su universidad.
Pero por minuto y medio, el mismo tiempo que tardó la ronda de aplausos que le dieron los asistentes y que nunca salió por televisión, Williams dedicó un pensamiento a su madre.
''Cuando le dije esta tarde lo que me había sucedido, ella comenzó a llorar. Si no fuera por mi mamá, no estaría aquí'', añadió a El Nuevo Herald.
El debate fue seguido por unos 400 invitados, entre los cuales estaban las esposas de los candidatos, Laura Bush y Teresa Heinz Kerry, así como Jeanna y Bárbara, las hijas de Bush, quienes conversaron animadamente con el senador John McCain, quien fue saludado efusivamente por decenas de personas cuando entró en la sala.
''¿Creían que yo me iba a perder esto? Ni pensarlo. ¿Quién ganará? No sé, ya veremos... seguro el mejor'', dijo McCain, quien durante algún tiempo se especuló podría ser el posible compañero de boleta de Kerry.
El debate fue moderado por el presentador del noticiero de la cadena pública PBS, Jim Lehrer, quien cinco minutos antes de comenzar el debate se apareció ante la audiencia y la amenazó, no sin una cierta jocosidad.
''No pueden aplaudir, ni siquiera manifestarse, no van a aparecer en televisión, pero no duden de una cosa si violan estas reglas: interrumpo el debate y les hago pasar una vergüenza con una amonestación'', dijo Lehrer.
El público reaccionó con una carcajada, y el veterano presentador añadió de inmediato: ``Nunca ha pasado, es cierto, pero nunca se sabe''.
Y para quien no conociera a las personalidades, por toda la sala decenas de ayudantes se movían a su lado portando pancartas blancas con los respectivos nombres escritos en letras negras.
''Esta gente no para un minuto, parecen moscas'', comentó un reportero.
Mientras, en el recinto universitario, miles de estudiantes e invitados abarrotaron la explanada del recinto Rathkeller, donde la alegría se transformó en euforia a medida que se aproximaba la hora crucial.
Fue una suerte de espontánea contienda que subió de temperatura alrededor de las improvisadas carpas, desde donde transmitían en vivo las principales cadenas televisivas con el trasfondo de la algarabía estudiantil.
''No hay dudas de que la mayor cantidad del estudiantado respalda a Kerry'', comentó Max Kellerstein, un estudiante de arquitectura que portaba un cartel con la frase ``Salva a EEUU, no más Bush''.